(Atención. Este monográfico contiene spoilers)
LA SAGA SCREAM O CÓMO REINVENTAR UN GÉNERO EN DECADENCIA
Que eso es exactamente lo que hizo la primera película de esta saga. En un mundo cinematográfico en el que el slasher1 ya ha tocado fondo y a todo el mundo le parece ridículo que un asesino (poco interesante, por ser completamente ajeno a nosotros) acabe matando de maneras macabras a personajes que no nos interesan por su falta de profundidad y por el simplismo en su construcción y que, en esas películas, el empeño se ponga en crear los asesinatos más bestias como único atractivo, había hecho que este género ya no interesara a nadie. Tuvo que llegar Kevin Williamson y tomarse un respiro del guión que estaba escribiendo en ese momento. Un guión sobre unos alumnos que secuestraban a su profesora2 y del que no veía un final claro. Durante ese respiro desarrolló una idea. Quería recuperar el interés por el slasher, volver a hacerlo atractivo y llegar a un nuevo público. Escribió del tirón los quince primeros minutos de un primer guión que se llamaría Scary Movie (justo como se llamaría después una película que parodiaba la saga Scream). Esos quince minutos le inspiraron y acabó el guión en un tiempo récord. Nadie confió en el resultado, ya que todas las productoras lo consideraron poco atractivo… hasta que lo leyeron en Dimension Films. Poco tiempo después, todas esas productoras se tirarían de los pelos por haber dejado escapar a esa gallina de los huevos de oro. Scream (como se llamaría finalmente la película) no solo reinventó el género e inició una nueva época, la del neoslasher, sino que además recaudó 173 millones con tan solo 14 invertidos. Ocho meses en cartelera y récord imbatido al slasher más taquillero de la historia.
SCREAM, VIGILA QUIÉN LLAMA (1996): PARODIANDO EL SLASHER
Scream deja claro desde el principio que es un homenaje. Una conversación vía telefónica con el asesino en el que se hablará de cine de terror, slashers mayoritariamente, y que castigará a aquellos que no sean conocedores del género. Eso de por sí ya es una broma: un slasher que se ríe del género pero que castiga a los que no son fanes de este. Y ¿por qué digo que se ríe del género? Pues porque no se hace otra cosa en toda la película. De forma explícita, como explicando las normas que hay que seguir en un slasher para sobrevivir: no se puede practicar sexo, no se puede beber alcohol o consumir drogas y nunca digas «ahora vuelvo». Estas normas se muestran en una escena hilarante (para colmo, repetida debido a un delay en alguna de las cámaras que graban lo que está aconteciendo). Pero luego nos reiremos de forma implícita, cuando los supervivientes hayan quebrantado todas y cada una de esas normas. Scream también se ríe del espectador. Lo atrae al cine con una cara conocida (en este caso Drew Barrimore) para cargársela en el minuto 13 de la película, (¿qué te pensabas, iluso espectador?, ¿que sería la final girl3? Ja, ja, ja, ja).
Scream no respeta nada, se carga todos los principios del slasher. El asesino estará entre los protagonistas, mucho más cerca de una adaptación cinematográfica de alguna obra de Agatha Christie que de un slasher. La sobrenaturalidad que se le supone al asesino de este género existirá, pero será debidamente explicada y justificada (¿justificar la incoherencia? ¿nos hemos vuelto locos? ¡Que esto es un slasher! Pues sí). Todo tendrá sentido y será medianamente creíble. Los personajes tendrán una historia compleja. No solo por las relaciones que vemos, sino también por las que no vemos. Como el pasado tormentoso de Sidney Prescot que intuimos y medio conocemos, pero que la lleva a tener problemas en sus relaciones sexuales. Sí, en el fondo es una película de (por mencionar unas líneas de guión de la segunda parte) «niños blancos que cortan sus culos blancos en rodajas». Pero con clase. Y volviendo a Agatha Christie, esa escena final en la que todos los sospechosos se reúnen con el detective de turno para descubrir al asesino… tendrá su réplica en una escena final en la que el asesino se descubre solo y explica los motivos por los que asesina. Porque en Scream sí que hay un motivo, no se mata por matar y el hecho de que exista un motivo, carga de más realismo a esta parodia de sí misma.
Wes Craven, el director escogido para llevar esta película a buen término, entenderá a la perfección lo que quería Williamson. Hasta el punto de que en esa mítica primera escena se le mete bastante caña al cine del propio Craven (después de mencionar a la gran Halloween, por supuesto). El propio director aparecerá, incluso, haciendo un cameo como bedel en el instituto, vestido con una camiseta a rayas verdes y rojas y atendiendo al nombre de Fred4, justo antes de la épica escena del asesinato del director. Pero Craven, aun burlándose de sí mismo, es la herramienta perfecta para sacar de los jóvenes todo lo que les representa, desde su fragilidad y su «no me importa nada» hasta su maldad y su crueldad. Así que, mientras se ríe de sí mismo… nos demuestra que es el mejor. En resumen: brillante.
La máscara del asesino dio pie a mil nombres de la película. En Venezuela se llamó La máscara de la muerte, por ejemplo. Y, aunque todos la conocemos como Ghostface, no será bautizada con ese nombre hasta que el personaje de Tatum la llame así antes de morir. El nombre original de esta máscara es Father Death y, antes de que existiera Scream, se podía comprar con ese nombre en las tiendas de disfraces de Estados Unidos.
SCREAM 2 (1997): PARODIANDO LAS SECUELAS
Durante el rodaje de Scream, Williamson ya estaba esbozando el guión de su segunda parte. Y, cuando acaba el rodaje, todos tenían bastante claro que una segunda parte era más que posible. Hasta el punto de que Dewey, que en un principio era asesinado, acaba siendo sacado en una camilla, salvado in extremis, pensando en que sería importante que estuviera vivo si había segunda parte. Y ahora vamos a por otra parodia: las secuelas.
La película nos mete en el metacine. El libro que Gale escribió sobre los asesinatos de Woodsboro se ha convertido en una película de serie B con miles de seguidores. Empezamos en el estreno de esa película: PUÑALADA. Comienzo premonitorio, ya que, en el estreno de Scream 2, mucha gente fue disfrazada de Ghostface de la misma manera que en el estreno de PUÑALADA dentro de la película. El director se reirá de la estructura sobre pelis de blancos adolescentes, se reirá de la misma Scream mostrando a varios Ghostface en un momento bastante ridículo: orinando en un wáter público. También se reirá de su primera Scream mostrándonos escenas rodadas con otros actores, siendo estas escenas la versión en PUÑALADA. Los textos, terribles; las pelucas, imposibles; las escenas de desnudos, abundantes; las puñaladas… de risa.
Aun teniéndolo muy difícil, nos volverá a sorprender. Recordemos que, tras Scream, la veda del neoslasher se abre y aparecen cientos de películas como El coleccionista de amantes, Sé lo que hicisteis el último verano, Leyenda urbana y otras un poco más alejadas, pero dentro de este módulo como The faculty, Wishmaster o Destino final. Incluso el terrible remake de Psicosis y un intento de aprovechar el tirón y revivir alguna franquicia como la de Halloween con la obviable Halloween H20. Todo esto no llega a ensuciar el buen nombre de Scream. Dudaremos de si se trata de un imitador o del pasado que vuelve para devorarnos. De si el asesino vuelve a ser el novio o no, de si es una mujer o un hombre, de si es el asesino de la madre de Sidney o alguno de los protagonistas que tanto sufrieron en la primera parte.
En cualquier caso, volveremos a tener a Dewey asesinado y salvado in extremis en previsión de una tercera parte.
La primera parte marcó una norma muy clara. Hay que explicar las normas del asesino. En este caso, las normas de la secuela: el número de cadáveres será mayor (cosa que se cumple: pasamos de 8 a 10); los asesinatos serán más macabros y rebuscados (memorable la escena del coche de policía); si quieres convertir la saga en franquicia, nunca asumas que el asesino está muerto (la segunda parte de la frase nunca saldría en la película, aunque la podríamos escuchar en el tráiler). Volveremos a tener a un famoso asesinado rápidamente. En este caso, dos: Sarah Michelle Gellar y Jada Pinkett. La película debatirá en directo sobre la frase hecha de que segundas partes nunca fueron buenas para ofrecernos una muy buena segunda parte. Una vez más, todo el mundo puede morir, nadie está a salvo y perderemos a personajes básicos. Volveremos a tener nuestra escena final a lo Agatha Christie con los malos explicando sus motivos antes de morir.
Una película que barajó varios títulos como: Scream again o Scream louder y que puso de moda el típico cartel con las caras de los protagonistas en cascada. Esta estructura se repetirá hasta la saciedad. Y digo se repetirá porque aún hoy día se sigue repitiendo.
Cabe destacar que Cotton (que en la primera aparece en una única toma vista a través de un televisor) aquí se convierte en héroe. Y esto es especialmente llamativo si añadimos que, en un principio, tenía que ser uno de los tres asesinos, que al final acabaron siendo solo dos.
SCREAM 3 (2000): PARODIANDO LAS TRILOGÍAS
Agárrate, que vienen curvas. Y es que, la tercera entrega de la saga estuvo gafada desde el principio. Williamson escribió un borrador de unas cuantas páginas, pero se desentendió del proyecto porque estaba muy centrado en Secuestrando a Miss Tingle. El nuevo guionista Ehren Kruger, conocido por haber escrito entre otros el guion de Arlington Road, no supo entender a los personajes y su profundidad. Craven metió mano al guión para mejorarlo, pero el daño ya estaba hecho. Para colmo, Neve Campbell no podía rodar más que una veintena de días y hubo que reducir su presencia en la película. Además, los asesinatos del instituto de Columbine el año anterior hicieron que las productoras presionaran para reducir la violencia en el cine. Todo junto dio un resultado algo mediocre y fuera de la saga. Aunque la historia de Sidney evoluciona de forma interesante, no ocurrirá nada más en las vidas de los protagonistas. Solo una incursión más profunda en el metacine hará esta entrega interesante, con asesinatos en decorados que imitan decorados de la primera entrega. O alguna aparición interesante, como la actriz que interpreta a la madre de Sidney, vista solo en foto en la primera parte —ya que está muerta—, aparece aquí en carne y hueso de la misma manera que en la segunda aparecía Cotton después de ser solo unos fotogramas en un televisor en la primera parte. La película intenta dar una vuelta de tuerca al concepto del cameo, con la aparición entre otros de Bob el silencioso o Victoria Davey “Tori” Spelling (Donna en Beverly Hills 90210). También serán protagonistas los actores que interpretan a nuestros protagonistas en PUÑALADA 3, la película ficticia que se está rodando. El aumento en el uso de los teléfonos móviles nos dará alguna escena cómica con un teléfono sonando y todo el mundo creyendo que es el suyo. El final seguirá el patrón Agatha Christie, pero completamente desinflado. Wes Craven lo sabe y cambiará hasta la forma de rodar, incluso los planos amplios en las escenas terroríficas —en los que piensas que el asesino puede salir por cualquier lado— los cambia por planos cortos para darle importancia a los actores y que salven así unas escenas, por decirlo de alguna manera, difíciles. De todas maneras, seguimos teniendo unas normas, en este caso de una trilogía, que respetar o que parodiar: el asesino es sobrehumano, (la escena final respeta esta norma: «¡A la cabeza! ¡Dispara a la cabeza!»), cualquiera puede morir (aunque esto no se respeta en esta entrega ya que mueren solo personajes poco importantes, esta norma sí que se podría haber añadido a la primera y segunda parte), el pasado nunca descansa (esto ligará el final con el pasado de los protagonistas de forma sorprendente, pero, curiosamente, desinflada).
Scream 3 fue la entrega de la saga menos valorada y la que menos dinero recaudó. Y eso le dio un respiro, haciendo que no se hiciera una cuarta entrega hasta pasados once años.
SCREAM 4 (2011): PARODIANDO LOS REMAKES
Once años después ya lo hemos visto todo en el neoslasher. Muchas películas han intentado reinventar el género dándonos nuevos caminos, como Saw o A Serbian film. El hecho es que el espectador está resabiado y ya se sabe todos los trucos. Ya no le va a sorprender un sonido ensordecedor al abrir una puerta o un espejo que se rompe atravesado por un asesino. Pero Craven y Williamson se resisten. Vuelven a la fórmula original y, bajo mi punto de vista, ganan la batalla. Tras una apertura sensacional (posiblemente la mejor de toda la saga), en la que Scream se parodia a sí misma a través de las múltiples secuelas de PUÑALADA, hacemos un ejercicio de metacine donde el comienzo de Puñalada 6 es Puñalada 5 y donde los asesinos matan… «Porque hablas demasiado», entre otros importantes motivos. La burla a esa secuela de PUÑALADA que transcurre en el espacio y «… que es la peor de todas…» se burla de Jason X, enésima entrega de la saga Viernes 13. Se nos deja bien claro que, a partir de la tercera parte de PUÑALADA, los personajes principales (Sidney, Dewey y Gale) ya han desaparecido, como ocurre en una buena saga de slasher que hemos querido destrozar. Los actores reconocidos que solo tendrán unos segundos en pantalla se multiplican. Aquí tendremos a Hayden Panettiere, Anna Paquin o Kristen Bell, entre otros, y se juntarán con algunos menos conocidos en aquel momento como Emma Roberts o Rory Culkin (sobrina de Julia Roberts y hermano de Macaulay Culkin, respectivamente).
Las normas de un remake se centran en una básicamente. El final de la original es el falso final de la actual. Y esta regla proporcionará el final más sorprendente de la saga con un giro realmente inesperado. Si la tercera parte nos sorprendía recreando falsos escenarios de la primera parte, esta cuarta parte nos sorprenderá repitiendo realistas escenarios de esa primera parte, idénticas tomas de cámara, mismas situaciones… Pero con una vuelta de tuerca en todo. Aunque algunos piensen que Sidney, Dewey y Gale son solo un decorado de fondo para atraer un público antiguo a una nueva época, yo pienso que estos tres pilares siguen siendo los cimientos de una historia muy sólida. Con cada nueva aparición, sus historias se vuelven más completas y nuestro apego a estos personajes crece. Wes y Kevin lo saben y dedicarán un primer acto casi por completo a la nostalgia. Nuestro miedo a que mueran apuñalados por Ghostface se hace más latente, (recordemos que en esta saga cualquiera puede morir), y ahí es cuando empieza el miedo de verdad para el espectador. Por lo tanto, la película ha triunfado.
Además, la película nos trae estereotipos reinventados: Kirby, que sustituye a la rubia tonta para ofrecernos una fan de los slashers con todo el frikismo que eso conlleva; Charlie y Robbie, igual de frikis, pero que nos traen las nuevas tecnologías a la saga, como la GoPro y video en vivo on line para proporcionarnos nuevas experiencias derivadas de aquella primera escena en Scream que nos permitía ver en primera persona al asesino actuando… pero con un delay que provocaba eventos inesperados.
La saga siempre ha tenido dos líneas paralelas que se han respetado escrupulosamente, incluso en su tercera entrega: el humor y la seriedad. En esta se lleva todo a tal extremo que, por momentos, estas dos líneas parecen no respetarse.
SCREAM 2020 (2020): PARODIANDO LAS RECUELAS
Quizás sería interesante explicar qué es una recuela, ya que se trata de un concepto tan nuevo y sutil que puede parecer que se lo han inventado para la película. Pero no es así, la recuela continúa la historia que ya conocemos explicándonos una historia muy similar a la que ya conocemos. En cierto modo, y siempre bajo mi punto de vista, una recuela intenta contentar a un público cómodo que ya fue convencido y que quiere lo mismo, porque es demasiado vago para esforzarse en recibir nueva información, pero al mismo tiempo quiere algo diferente, porque la historia original ya la ha visto. El público de recuelas se contentaría con Teen Wolf 2 o Grease 2. Estas dos películas serían recuelas… si se hubieran rodado en los años 20 del siglo XXI, claro.
Pues bien, a pesar de que el maestro Craven nos dejó antes de que se rodara esta quinta entrega y que Williamson se queda solo a cargo de la producción ejecutiva, Guy Busick y James Vanderbilt escriben una historia acorde a la saga, a los personajes, a los tiempos… Y a la parodia esperada de las recuelas. A pesar de que se nos explica la norma básica de las recuelas (con una foto de Randy de fondo en su propia casa), nos va a sorprender todo lo que veamos… Y podríamos esperarlo. Después de todo, se trata de una recuela. La desaparición de personajes importantes nos hará saltar en la butaca del cine. Recuperar la historia de los personajes principales nos deleitará. Recuperar a personajes relativamente nuevos aparecidos en la tercera o cuarta parte nos resultará atractivo. La película intenta derivar sutilmente el protagonismo hacia nuevos personajes. Esto, para un nostálgico como yo, no es un error, pero no es menos cierto que algunos relacionamos Scream directamente con esos tres pilares: Gale, Sidney y Dewey. Que nos digan entre líneas que es probable que en el futuro vayan desapareciendo para dar paso a nuevos protagonistas… Bufff. Tendremos que asimilarlo muuuuy poco a poco.
Los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillet son fieles a Wes Craven, cosa que, para los fanes, es de agradecer. Puede que haya sido por respeto, puede que por miedo a ser muy criticados. En cualquier caso, el espectador agradece que la esencia sea la misma (y así evitamos sustos como en la tercera parte).
Metacine, humor, seriedad, parodia… Todo vuelve a estar y, si la cuarta parte hace gala de unos adelantos técnicos que podían parecer prematuros para su época, aquí llegan en el momento adecuado. Son nuevas técnicas ya conocidas por la masa de espectadores y eso hace que la película sea mucho más creíble.
Bajo mi punto de vista, el único punto débil de la película es su resolución. Apoyada por primera vez en la existencia de la saga PUÑALADA, perderá fuerza ante las tramas familiares ligadas con el pasado de las cuatro anteriores, especialmente de la primera y la cuarta.
CONCLUSIONES:
Scream es una gran saga (si evitamos la serie de televisión) que se ha esforzado por no copiar todo aquello que parodia, al mismo tiempo que lo recrea sin titubeos. Es una genialidad que, no solo marcó un antes y un después en el género del slasher, sino que también ha sabido acompañarnos durante los siguientes 30 años sin envejecer y adaptándose a nosotros al mismo tiempo que nosotros queríamos adaptarnos a ella. Es una de esas historias que uno quiere seguir viendo, saber cómo sigue, aunque sepa que eso suponga perder a compañeros de viaje que ama por llevar tanto tiempo en nuestras vidas. Scream despierta el morbo, el interés, la pasión, el miedo… todo a partes iguales. Es una saga única y siempre tendrá un lugar en los corazones de aquellos que le den una oportunidad.
autor: Benjamín Miguel Miralpeix
corrección: Manuel Barroso López
1 slasher: Subgénero dentro del género del terror que se caracteriza por incluir a un psicópata que asesina a adolescentes lejos de la supervisión de adultos.
2 al final, la película se estrenó en 1999 bajo el título Secuestrando a la señorita Tingle.
3 final girl: Se conoce como final girl a la chica que queda viva al final de las películas de slasher. Será la que corra encontrándose cadáveres y huyendo del psicópata de turno.
4 homenaje directo a Freddy Kruegger, el psicópata asesino de Pesadilla en Elm Street, del propio Wes Craven.